• Ver el Contenido de Franquiciate:

No ha seleccionado ningún elemento

Complete la siguiente información



REESTRUCTURACIÓN 101
por Fernando López de Castilla

10 junio, 2020



Mucho se ha hablado en el último par de meses sobre la necesidad de reestructuración por parte de las empresas, especialmente de la mediana y la gran empresa. Y claro, hablar de reestructuración y de la “nueva normalidad”, en una misma oración, otorga instantáneo expertise a cualquiera. Pero más allá del semillero de nuevos gurúes, ¿qué significa reestructurar una empresa? ¿Cuál es su objetivo? Y ¿cómo se lleva a cabo un proceso profesional de reestructuración?

La actual coyuntura ha creado, como ya lo han dicho los expertos, una crisis económica sin precedentes, equivalente a la del 2008 en el mejor de los casos, y a la Gran Depresión de los 1930s, en el peor de éstos; aunque podría haber sorpresas, desde luego. Pero, al margen de esto, el objetivo de cualquier proceso de reestructuración es el de recuperar o crear el máximo valor posible de una empresa, a fin de intentar la continuidad de la misma. La opción a un proceso de reestructuración sería uno de liquidación; es decir, declarar la empresa en bancarrota.

Sin embargo, la crisis económica provocada por la pandemia dista fundamentalmente de otros picos y valles que los mercados globales han experimentado. Más allá de restricciones y acceso a capital, la actual crisis ha expuesto las flaquezas de los modelos de negocios de múltiples industrias, aniquilando unas y obligando otras a transformarse. Podemos hablar de transformación, reinvención o, como está ahora de moda, de reimaginación, pero lo cierto es que hoy la supervivencia de las empresas depende de su capacidad para preservar su valor o crear uno nuevo. Y esto, al margen del sector económico y su posición competitiva.

En mi experiencia con negocios en distintas industrias y geografías, y más allá de los tecnicismos que fácilmente encontramos en internet, diría que las claves para ser exitoso en un proceso de reestructuración son: ser ágiles, ser proactivos, ser riguroso, ser transparente, ser cuidadosos, ser abiertos y, sobre todo, ser valientes. Siendo una gran parte de mi negocio el crear manuales, sé que no existe un manual para crear valor, y menos uno para preservarlo en condiciones de extrema incertidumbre, como las actuales. Y tampoco existe un manual para para sobrevivir, pero sí sé que, a veces, el crecimiento, sea orgánico, inorgánico o externo, puede ser la mejor estrategia de supervivencia.

Muchos hablan de “sobrevivir” y de “llegar a fin de año”. Para mí, pensar que llegar a fin de año asegura la continuidad de una empresa es tan delirante como pensar que desembarcar en Normandía aseguraba ganar la guerra. Aún el ejército aliado tenía que atravesar la playa, eliminar las torretas, entrar a la ciudad y encontrar el búnker. Yo prefiero hablar de preservar el valor, a través de un procesos creativo y audaz, pero sistemático y riguroso, en el cual sea el proceso mismo el que decida si la reestructuración puede dar pie a un nuevo y mejor modelo de negocio, o no. Y si la respuesta es “no”, mejor buscar nuevas y mejores playas dónde desembarcar, porque las oportunidades siempre están ahí para aquellos que merecen encontrarlas.


FRANQUICIAS
NEGOCIOS
INNOVACIÓN
EMPRESA
PRESERVAR

Contenido relacionados


Suscríbase a nuestro newsletter

Únase a nuestra lista de distribución de correos para recibir las últimas noticias y novedades de nuestro equipo.

Los más vistos